lunes, 29 de octubre de 2007

...yo no le gustaba

Alrededor de la medianoche me decidí ha llamarla por segunda ocasión, aunque había estado bebiendo copiosamente, no me encontraba ofuscado del todo y mis cuerdas vocales podían articular palabras coherentes en concepción y sintaxis. De nueva cuenta no contestó, aunque esta vez si escuche una amable voz femenina que me decía “El terminal al que está llamando se encuentra apagado o fuera de cobertura en este momento, por favor, inténtelo de nuevo más tarde”. Es obvio que, dado que estaba metido en el papel de adolescente primerizo –y borracho para que negarlo-, el derrumbe fue estrepitoso.

Una ráfaga de pensamientos malignos se apoderó esa noche de mi cabeza, sin orden de importancia ni de jerarquía creo que fueron estos: ella estaba hablando con otro chico por el que realmente sentía interés y al final de la conversación no presto atención al registro de llamadas de su teléfono y lo apagó; se encontraba con un amante vacacional en un sitio en donde no había cobertura telefónica; hablaba y reía con una amiga de las que sirven de confidente contándole que había un chico que conocía por internet que le perseguía; bloqueo mi número de teléfono activando la función de “permanente número ocupado/bloqueado” (aunque esta más bien valdría para la primera llamada); pensó bien en mi figura y descubrió que había cosas sobre mí que no le hacían gracia y prefirió alejarse de un engendro; investigó mi perfil en internet y descubrió que era un idiota (aquí me hubiera consolado que me tomara como idiota “ilustrado”, para al menos saber que haber leído unos cuantos libros ha servido de algo); simplemente yo no le interesaba, es decir, yo no le gustaba. En la tarde del día siguiente, ésta última se convirtió en máxima, cuando en la tercera llamada el teléfono sonó y sonó sin ser descolgado.

7 comentarios:

Miguel B. Núñez dijo...

mejor llamar a otra!!!



Oiga, he encontrado la discografía de Alice entera (o casi porque faltan dos o tres de los ultimísimos) que ya ni sabía donde estaba. Si aún te interesa te la grabo.

abrazooosss!!!!

Franziska dijo...

¿Por qué tienes tan mala opinión de ti mismo? Seguro que tendrás montones de cosas buenas y que serás atractivo pero un consejo no pedido quiero darte: "nadie -ni siquiera el ser más hermoso- le gusta a todo el mundo". Pero puede ocurrir que, en el fondo, no abandones la esperanza de que si te dieran una oportunidad, unas horas, unos días, podría producirse el milagro de que ella se interesara por ti. Yo creo que es esa esperanza -no consciente- lo que te amarga ¿por qué no te da una oportunidad? De momento haz caso de Miguel y si te la vuelves a encontrar pues, entonces, quizás, quién sabe, a lo mejor... Entretanto, fíjate un poco más en lo que tú vales.

Con todo el afecto de Franziska.

Kety dijo...

Hola! he llegado a tu blog, he leído tu relato.
Tal vez Franziska te conoce lo suficiente como para opinar así.
En mi opinión, un escrito aunque tenga algo de biográfico, el lector no puede personalizarlo al autor. Pienso que la magia del escritor está en hacer creer que sucede de verdad.
Pero no necesariamente al autor.

Felicidades
Saludos

Kety dijo...

Hola! he llegado a tu blog, he leído tu relato.
Tal vez Franziska te conoce lo suficiente como para opinar así.
En mi opinión, un escrito aunque tenga algo de biográfico, el lector no puede personalizarlo al autor. Pienso que la magia del escritor está en hacer creer que sucede de verdad.
Pero no necesariamente al autor.

Felicidades
Saludos

Franziska dijo...

En tu página sobre Michel Foucault, te puse un mensaje diciendo que pincharas "aquí" y era para conducirte a unas explicaciones un poco largas para irlas enviando de una en una. El que no hayas podido o no hayas querido hacerlo, no cambia para mí nada. Tengo que reconocer que es la primera vez que yo sigo una cadena y lo hice porque no quise dejar de atender a Toupeiro que cultiva un humor celta puro: gallego de pura cepa que a mí me hace reír mucho y como esa risa creo que es impagable pensé que lo menos que podía hacer era aceptarlo y seguir el juego.

Venga, a ver si sigues publicando cosas tan buenas que yo me las tome en serio: no escarmiento ¡lo fácil que es engañar a esta abuela!

Rockette dijo...

Me ha gustado tu relato, muchas veces me he sentido asi

Camilo dijo...

Hay, compi... ¡llegaron las vacas gordas!