miércoles, 20 de octubre de 2010

Belén Esteban


Trascendió hace unas semanas que, Belén Esteban, el paradigma de la tertuliana de programas de corazón y nuevo héroe popular español, se posicionaría como la tercera fuerza política en caso de presentarse en las elecciones. Este personaje, esta "Lady di" de mercadillo, nos presenta -casi como si del Gran Hermano se tratará- todos los acontecimientos de su vida en el programa en el que participa: divorcio, desnudos, descendientes, cirugías estéticas, matrimonio, otra vez divorcio, etcétera. Todo ensalzado con verborrea y vulgaridad campechana y como si ella fuese la nueva mesías de la sociedad actual. Su figura despierta simpatías en amplias capas de población y agruras en otras, sin embargo no deja indiferente, desde la sociología, como ciencia imperialista que todo lo explica, solo diremos lo siguiente:

La hipotética y burda hipótesis de que se presente en política y gane, además de hacer sacar el filo de sus colmillos a los políticos nacionales que se la rifarían, no es tanto la imposición de un personaje mediático, creado por y para la televisión, sino que es el reflejo de la falta de educación cívica y política de aquellos que la elegirían, sí, de nosotros, los electores españoles. La sociedad como totalidad, más allá de ser la suma de sus partes es también las interrelaciones que en ella se producen, si en política se añade el factor poder, la dominación por cualquiera que sea capaz de tocar el "nervio" de la masa y sacar provecho de ello es algo muy peligroso. Los ejemplos sobran: cuando el nazismo empezó su beligerancia y su racismo, todo el mundo -en especial el académico- se llevo las manos a la cabeza como diciendo "¿Cómo ha sido posible que esto pase? ¿Por qué Hitler?". El caso, más allá de la figura de éste líder autoritario, es que socialmente se dieron unas causas, unas relaciones o interdependencias sociales en esa época, que propiciaron la llegada al poder de tal personaje. Lo abstracto condujo a lo concreto. Con Belén podría ser lo mismo y eso es lo preocupante, ya se sabe lo que dice el dicho popular: "Se empieza riendo y se termina llorando".

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