domingo, 17 de octubre de 2010

Suicidio (sociolocuciones)


Hoy les hablaré de un tema escabroso: el suicidio y del por qué éste es más un fenómeno social que una tragedia personal, así de desafiante es la sociología con el conocimiento convencional.

Resulta que hace mucho tiempo, un sociólogo clásico llamado Emile Durkheim elimino los factores psicológicos (traumas diversos), los biológicos (género) y los ambientales (clima y ambiente) y dijo que no hay una causa general para el suicidio, sino que este se divide en cuatro tipos:

Suicidio egoísta: el excesivo individualismo incrementa las tasas de suicidio, cuando un individuo no está ligado a un grupo o comunidad al cual dirija su lealtad o participación. Target posible: gente solitaria y a la deriva.

Suicidio altruista: al contrario del anterior, cuando los vínculos excesivos a una comunidad se vuelven más importantes que la vida misma, las personas están dispuestas a sacrificarse por el grupo. Target fijo: Fanáticos religiosos.

Suicidio anómico: se da cuando las reglas de lo “social” son débiles, mal definidas o conflictivas, por ejemplo en situaciones de crisis económica –cuando la línea entre el triunfo y el fracaso se borra-, la gente ya no sabe que esperar de la vida ni ajustar sus aspiraciones a unos límites que parecen desaparecer. Target incrédulo: todos.

Suicidio fatalista: es decir, aquel que comete aquel que está convencido de que no puede alterar sus condiciones de vida. Target holístico: enfermos terminales, viejos rockeros, etc.

Así es, de lo que se trata es de explicar que un acto en apariencia individual, está influido y formado por fuerzas sociales. La sociedad no se explica por características personales (eso es como explicar el cuerpo humano contando sólo con las células) sino por el todo y por la interdependencia de cada una de sus partes. Al final, todo esto sólo nos hace preguntarnos lo que ya hizo el viejo Marx: ¿lo material (social) define nuestra acción y pensamiento?.

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